Muchos jugadores novatos, e incluso personas sin relación con el póquer, se hacen la pregunta francamente simple e ingenua: «¿Qué es lo más importante del póquer?» Hay que decir que no hay una respuesta clara, ya que el póquer es un juego extremadamente intenso que combina la suerte, el juego, las matemáticas e incluso la psicología.
El póker se diferencia de cualquier otro juego de azar en que el jugador puede influir en la situación de la mesa. Esta es la diferencia básica y más fundamental. En primer lugar, no jugamos contra la casa/casino, sino contra las personas. Al casino no le importa quién gane la siguiente mano: el establecimiento seguirá recibiendo su comisión.
En el póquer siempre podemos influir en el resultado de una mano, por ejemplo, haciendo una apuesta fuerte y obligando a nuestro oponente a retirarse. Por eso la suerte no lo es todo en este juego de cartas. Al fin y al cabo, los principiantes suelen decir que, en el póquer, todo depende de las cartas que tengas en tus manos. Sin embargo, la verdad es que no siempre gana la mejor mano.
A menudo se trata de poder subir o simplemente aumentar las apuestas, forzando así a tus oponentes a salir del juego. Al mismo tiempo, el póquer es un juego en el que nunca se puede garantizar el éxito. No importa lo bien que juegues o lo bien que juegues tu juego, puedes perder cualquier mano contra un novato que tenga un poco más de suerte que tú. Eso es lo que pasa con el póquer; cualquiera puede ganar en una sola mano, pero sólo unos pocos pueden ganar en la distancia.
En primer lugar, todo jugador de póquer debe tener una estrategia. Puede tomarlo prestado de sus oponentes más experimentados o basarse en los numerosos existentes. Pero tenga en cuenta que no todos ellos funcionan realmente y pueden ayudarle a conseguir el resultado deseado. En cualquier caso, jugar al azar no conducirá a nada bueno, sino que sólo contribuirá a la derrota y a una profunda decepción.
Hay muchas tácticas, pero suelen dividirse en dos grandes grupos:
También hay estilos agresivos y pasivos. En el primer caso, el empate es lo más dinámico posible, debido a las potentes subidas y a la presión sobre los oponentes; en el segundo caso, el participante se limita a nivelar las apuestas y a pasar en cada oportunidad. Lo principal en el póquer es equilibrar ambas técnicas y aplicarlas en la situación adecuada.
Naturalmente, un jugador puede «inventar» su propia estrategia o táctica si le ayuda a ganar realmente. El truco es que no deben ser cosa de una sola vez, si quieres permanecer en el campo del póker más tiempo o incluso convertirte en un profesional de este negocio. Es posible que tengas que hacer algunos ajustes.